Me habían enviado
a describir esta pequeña historia. Si bien no podía ser partícipe de lo que
estaba por acontecer, tenía la primera fila para lo que estaba por ocurrir.
Para muchos es algo común que suele pasar a una que otra persona, pero yo me
tomo ciertas libertades con este tipo de cosas.
* * * *
Larenza, estaba dormida profundamente. Se tenía que descansar bien para lo que estaba por venir. Pero bueno quien es esta chica Larenza? Se preguntaran...
Aparte de ser una chica de los barrios del sur de la ciudad de Mali, había logrado a través de artes desconocidas marcar su imagen de campeona fría. Se rumoraba mucho sobre ella. Las personas de distintos círculos rumoreaban que derroto a todos los contrincantes en un solo día, que era una abnegada luchadora por la justicia aunque de una manera poco convencional y muchos hombres la querían tanto como la temía.
* * * *
Se había presentado una situación inusual. Desde hace meses, reportes de fuera de la ciudad hablaban de la presencia de unos seres extraños. Los habitantes de los alrededores habían denominado a estas criaturas, Malstar, debido a que muchos combatientes, que habían tenido el infortunio de encontrarse con estas agresivas criaturas, narraban que todo daño que infringían era regresado a ellos por un periodo corto de tiempo. Para vencerlos todo guerrero debía ser mentalmente fuerte para sobrellevar el dolor en la lucha al combatirlos.
El regente de Mali había convocado a una asamblea de emergencia. La amenaza era real. Los constantes incursiones solo era precedente para algo peor.
- - Dios,
ha protegido esta ciudad por cientos de años. Si esas criaturas quieren verla
arder, de nuestra espadas no podrán escapar.
Un gran clamor se
escuchó en la asamblea. Se ordenó a todo el mundo ir preparándose para el
inevitable conflicto. La voz se corrió por toda la ciudad. Larenza sabía que de
esta lucha no se podría escapar. Descanso.
Al día siguiente, un vasto ejército estaba a las afueras de la ciudad. Era los Malstar, de la mano de su comandante En-cediap. Su propósito era claro, arrasar la ciudad.
El sonido de las armas de asalto no demoraron en escucharse, los guerreros listos para el combate se abalanzaron sobre los Malstar. La lucha parecía igualada pero pronto la ímpetu de los guerreros fue decayendo, no podía seguir luchando ante tan cruenta habilidad. En eso apareció Larenza, sin titubear se abalanzo a la feroz batalla. Avanzaba por el campo destruyendo a tal. Con lágrimas en los ojos del dolor que soportaba ella iba. Los soldados sorprendidos por esa accción no vacilaron. Al ver tremenda hazaña de esta mujer arremetieron con mas fuerzas sobre las criaturas, entre gritos y llantos poco a poco fueron abriéndose paso. à la victoire!!!!!!
Larenza había
llegado ante En-cediap. Este con una mano alejo, a sus súbditos. Era un desafío
personal, él lo sabía. La visión de ella se tornó nublosa. La lucha había
empezado
- Recurres
a esto?, criatura …
- Una
batalla no es digna si no puedes experimentar lo que ambos combatientes
experimentan en el clamor de la batalla.
Larenza sabía que estas criaturas usaban distintas artimañas en la lucha. Aunque esto era nuevo. Tajo tras tajo la lucha se hacía cada vez más intensa. Ambos estaban llegando a su límite.
- - Ríndete,
lo que experimentas es tu propio dolor. En cierta forma soy parte tuya, si me
acabas ....
- - Esta sensación
es solo una ilusión!, Tu destino esta sellado cuando decidisteis aparecer!
Después de unos segundos y sin vacilar, dio la estocada final a En-cediap. Dando un grito temible su vida se extinguió para siempre. La horda, al ver como su jefe cayo, emprendió la retirada. Lorezna ya agotada se desmayó. La operación había terminado. Éxito.
* * * *
Abriendo tímidamente
los ojos, observo su entorno. Había unas flores muy bonitas al costado. Sonrió
un poco, mientras poco a poco se recuperaba de lo acontecido ayer. De
repente la puerta se abrio.
- Madre?
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